”La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende”.
Así define el Parlamento Europeo el concepto de “economía circular”. Un concepto que se hace realidad en el proceso productivo de Mapay en Yecla, ya que la empresa aprovecha los residuos y astillas que genera durante su producción de armazones de madera, patas y tiradores para sofás y canapés, con la finalidad de convertirlos en biomasa y, más concretamente, en pellets para estufas.
En Mapay tratamos de romper con el modelo económico tradicional basado en el conocido dicho de “usar y tirar”.
De residuo industrial a Biomasa sólida
En Mapay tratamos de reducir los residuos al mínimo, ya que estos pueden ser reutilizados otra vez, creando así un valor añadido. Tratamos de romper con el modelo económico lineal tradicional basado en el conocido dicho de “usar y tirar”. El concepto de economía circular consiste en que haya residuos cero.
Avanzar hacia una economía circular genera importantes beneficios: reduce la presión sobre el medioambiente, garantiza con mayor seguridad el suministro de materias primas, provoca una mayor competitividad, además de generar crecimiento y empleo. Conceptos estos muy tenidos en cuenta por esta industria yeclana que está precisamente ahora en sus 30 años de vida.
La planta de generación de pellets de Mapay permite la reutilización de más de 1000 toneladas de esta materia al año, evitando la generación de residuos para nuestro entorno y medioambiente, dando como resultado un pellet de gran calidad. Los residuos sobrantes de la materia prima utilizada por Mapay están formados por un producto completamente ecológico, como es la madera de pino y haya, quitando así del sistema una materia que acabaría ensuciando el entorno.
El pellet es un combustible neutro en cuanto a emisiones de CO2, por tanto, el dióxido de carbono generado en su combustión, aun siendo muy inferior al de otros combustibles fósiles, es compensado sobradamente por los árboles de los que procede, que han estado absorbiendo el CO2 de forma continua durante su vida en el bosque a través de los años. Se trata de una energía limpia y cien por cien natural que, además, genera puestos de trabajo.